La tarta de avellana es de mis preferidas, además es una de las recetas más típicas de la repostería asturiana. Si os apetece daros un capricho, poneos manos a la obra, que empezamos.
250 g de avellanas tostadas y molidas
4 huevos
8 cucharadas de azúcar
Almíbar ( 65 g de agua y 65 g de azúcar)
Preparamos la pasta quebrada con huevo según la receta que veis aquí. La colocamos cubriendo los moldes, pinchamos la base, ponemos papel de horno y algo de peso encima y horneamos a unos 170 grados durante 20 minutos, vigilando los bordes cada poco para que no se quemen.
Separamos claras y yemas.
Batimos las yemas con el azúcar y le añadimos las avellanas tostadas previamente picadas o molidas.
Montamos las claras a punto de nieve y las añadimos con cuidado a la mezcla anterior.
Una vez listas las tartaletas, las cubrimos con la mezcla y volvemos a hornear a 180 grados unos 20 o 25 minutos más a la misma temperatura, comprobando la cocción con la punta de un cuchillo o un tenedor. Pinchamos con cuidado y en cuanto salga limpió las sacamos. Las dejamos enfriar por completo antes de desmoldarlas
Mientras tanto, preparamos el almíbar poniendo al fuego la misma cantidad de agua y azúcar, en este caso es suficiente con unos 60-65 gramos de cada uno. Lo agitamos bien para disolver el azúcar y lo dejamos reducir un poco al fuego.
Adornamos las tartaletas con medias avellanas y las pincelamos con el almíbar. Nos las comemos y luego nos vamos a dar un paseo de hora y media, que algo taaaaaan rico seguro que engorda jajajajajajajaja.
Espero que las hagáis y las disfrutéis.



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