El otro día compré en el herbolario, un montón de semillas y harinas diferentes y estoy probando. Me dio miedo poner demasiado, así que al final es básicamente trigo y centeno. Están muy buenos, tienen un miga estupenda y van genial con mantequilla y mermelada para el desayuno o con un buen trozo de queso. Bueno, en realidad van bien hasta solos.
Ingredientes
50 g de pipas de girasol
1 cucharada de ajonjolí ( semillas de sésamo, las que llevan los panes de hamburguesa)
320 ml de agua tibia
9 g de sal
9 g de levadura fresca de panadería
100 g de harina integral de centeno
200 g de harina de espelta integral
200 g de harina de fuerza
Yo los amasé en la panificadora y luego dividí en cuatro partes la masa para hornear, pero se hacen a mano sin problema, aunque con un poco más de paciencia.
Diluimos la levadura en el agua, hacemos un volcán con las harinas y dentro de él ponemos el agua, amasamos unos 5 minutos para integrar bien los ingredientes y añadimos las pipas, el ajonjolí y los copos de avena y dejamos reposar diez minutos, añadimos la sal y amasamos un par de minutos más. Hacemos una bola, la cubrimos con papel film y dejamos reposar entre hora y media y dos horas.
Volcamos la masa en la encimara, la dividimos en las porciones que queramos, en mi caso cuatro.
Damos forma de bollo o de barrita y las humedecemos con agua por la parte superior y ponemos más copos de avena. Se dejan reposar otra hora y se hornean a 220 grados durante unos 25 minutos
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