domingo, 6 de abril de 2014

A la rica croqueta

¿Recordáis el primer día que hicisteis croquetas? Yo sí, porque fue ayer. En mi casa nunca las comía porque mi madre las compraba congeladas y a mi lo precocinado... Como que no me emociona. Nunca me dio por hacerlas porque la verdad es que no eran mi plato preferido, pero en la anterior visita al pediatra, me dijo que fuera dándole al peque comida menos triturada y las mencionó como opción, y claro, a mi niño no le voy a dar yo croquetas de esas que por muy ricas que estén, viendo lo que se ve en las noticias, quien sabe cómo estarán hechas y de qué estarán realmente rellenas. Así qué guisé un poco de pollo el día anterior y me lié a la faena.
He oído que últimamente se lleva lo de celebrar las despedidas de solter@ decorando cupcakes, pero yo creo que sería mucho más ameno el momento croqueta, que salen bien... te alegras el cuerpo con una delicia casera y empiezas la noche con energía, que salen mal... Te lías a croquetazos y te ahorras el paintball.

En fin, habría que ver cómo dejé la cocina, por no hablar de los dedos, que podría haberlos metido en lava y no haber sentido nada, una guarrindongada, aunque me imagino que cuando haya hecho unas 500, ya me saldrán monisimas y dominaré suficientemente la cuchara para no pringarme tanto. Las que os enseño en la foto son mis primeras 12 croquetas.

Con la bechamel, lo de siempre, que si se pega, que si los grumos... La verdad es que no hay secreto, siempre la misma cantidad de harina y mantequilla y añadir la leche caliente que necesite poco a poco sin dejar de remover. Si por alguna causa nos queda algún gramillo (véase niños tirándote de los pantalones para que los cojas en cuello o similar) afortunadamente estamos en el siglo XXI y le podemos meter la batidora y aquí no se va a enterar nadie.

En fin, empiezo con la receta que alguno se me está durmiendo

Ingredientes.

85 g de harina
85 g de mantequilla
1 L de leche
200 g de carne ( yo puse pollo guisado desmenuzado y dados de jamón)
Sal, pimienta y nuez moscada

Se tamiza la harina y se pone a calentar la leche en un cazo.

En otro cazo se derrite la mantequilla, se añade la harina y la cocemos unos 2 ó 3 minutos a fuego lento, que coja un poco de color, pero sin quemarla. Al remover con una cuchara de madera se tiene que despegar bien de las paredes.

Vamos añadiendo poco a poco la leche muy caliente, con cuidado de no formar grumos, y dejamos cocer sin parar de remover unos 15 ó 20 minutos hasta que tenga la consistencia adecuada.

En este momento, añadimos la sal, la pimienta, la nuez moscada y la carne. Lo volcamos en una fuente que cubriremos con papel film pegado a la masa para que no se seque y forme costra.

Cuando se enfría la masa (yo prefiero hacerla de un día para otro) es cuando empieza el pringue. Yo las rebocé en harina, huevo y pan rallado, aunque hay quien usa sólo huevo y pan. 



Se fríen en abundante aceite caliente y al sacarlas se escurren en un plato sobre papel de cocina, para eliminar el exceso de aceite.





Tengo que decir que feas eran un rato, pero estaban riquísimas, así que volveré a hacerlas pese al pringue y la guarrindongada.

Si mejoran con el tiempo prometo hacer un "croquetas 2" jajaja

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